Por: Dr. Eduardo Chavarri Joo
Director de la Escuela de Posgrado de la UNIDA
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Hoy en día las organizaciones deben estar preparadas para adelantarse a los cambios y para enfrentar escenarios futuros cambiantes. Deben ser flexibles y tolerantes a la incertidumbre, tendrán que poseer la capacidad de aprender y desaprender constantemente, esta creatividad de aprender pasa por aceptar la remodelación, el pensamiento lateral y cultivar la disociación (capacidad que nos permite mezclar cosas que se encuentran en planos distintos). Pero desaprender tiende a ser infinitamente más complicado que aprender, ya que, como hemos comentado, los comportamientos aprendidos tienden a perpetuarse.
Las tecnologías modernas permiten realizar varios trabajos a la vez, pero el cerebro no está diseñado para eso, ya que sólo puede focalizarse en un asunto. Si se atienden varios sucesos a la vez se debilita el aprendizaje y decae el rendimiento. Las organizaciones más competitivas en el orbe, recomiendan a sus líderes un cambio de pensamiento para enfocar sus nuevas estructuras. El antiguo estereotipo de una administración inflexible, está siendo remplazado por propuestas con capacidad de cambio, de aprendizaje de nuevas fórmulas organizativas y de nuevos modelos laborales que hacen a los colaboradores más efectivos y eficientes.
Ya no son los tiempos en que lo ideal era que la organización alcanzara una posición de equilibrio, después de seguir una estrategia racional, que la convirtiera en una máquina bien engrasada de producir dividendos. Los tiempos actuales son de cambio constante, son épocas turbulentas, los equipos gerenciales deben tener la capacidad de liderar a sus colaboradores con orden y creatividad empoderándolos con la capacidad de aprender y desaprender constantemente, esto no es un proceso sencillo ya que pasa por convertir el caos en un caos creativo, permitiendo que el aprendizaje en ese entorno no solo sea de sus propias experiencias, sino de las experiencias ajenas.
En una cultura en la que los individuos no pueden cuestionarse cosas, en la que no existe la libertad para probar y equivocarse, desaprender se vuelve imposible. Pero…
«Los analfabetos del futuro no son los que no saben leer o escribir, sino los que no pueden aprender, olvidar y volver a aprender».
AlvinToffler (escritor y futurista estadounidense).
El aprendizaje no es fácil para las organizaciones, a la complejidad para comprender el entorno se unen toda una serie de obstáculos que es necesario detectar y eliminar.En definitiva, la clave para que las personas y las organizaciones sean capaces de cambiar es que sean capaces de olvidar lo que saben y crear nuevos conocimientos, nuevas visiones, nuevos modelos mentales…
Sin este proceso, por un lado, destructor y, por otro, creador, los individuos y las organizaciones perderán toda capacidad de cambio, destruyendo su capacidad de innovación y perdiendo su competitividad.
Este constante cambio nos permite entender a la empresa como una organización, capaz de gestionar la adaptación permanente, entendiendo que dentro de cinco años probablemente la mayoría de los productos y servicios que conocemos ya no existirán o habrán cambiado.