Frecuentemente recibo en el consultorio pacientes con la misma interrogante: Yo casi ni cómo, sin embargo… ¿por qué no adelgazo?
Entiendo la raíz de la pregunta por qué lo básico que todos manejamos en nutrición es que, a menos cantidad calórica, mayores posibilidades de bajar de peso. ¡Es lo más lógico! Hablamos de la teoría del balance energético donde el balance resulta positivo cuando las calorías ingeridas son superiores al gasto energético, cuyo resultado es la ganancia de peso y por el contrario el balance resulta negativo cuando las calorías ingeridas son menores al gasto energético y su resultado repercute en la pérdida de peso. Manejamos la teoría y el problema resulta cuándo queremos llevarlo a la práctica. A continuación, les hablaré de algunos errores más comunes a la hora de querer cumplir el objetivo del descenso de peso basándome en comentarios de mis pacientes:
1. “Deje el pan blanco ahora solo consumo pan integral”. Sin embargo, no logro bajar de peso.
No existe un alimento que tenga la capacidad de hacernos bajar de peso, en todo caso existen alimentos funcionales. La diferencia calórica entre un pan blanco y uno integral es ínfima, la ventaja del ultimo seria la cantidad de fibra que tiene la capacidad de saciar, y por ende la de liberar energía con más lentitud, lo que hace que el hambre pueda tardar más en llegar, pero si comes dos panes integrales en vez de uno blanco por el simple hecho de pensar que es dietético o light no hay forma de que no puedas engordar. Lo light deja de ser light cuando abusas en la cantidad.
2. Hice dietas estrictas, baje en su momento, pero ahora no puedo bajar.
Muchas personas deciden reducir al máximo la ingesta calórica, hasta el punto donde solo almuerzan verduras, comen frutas y deciden no cenar. Al principio uno puede bajar de peso, pero con el tiempo hábitos como este resulta muy difíciles de mantener lo que lleva al fracaso de este tipo de dietas. Por otra parte, el ritmo metabólico tiende a disminuir, razón por la cual, cuando la persona deja de hacer esas restricciones calóricas para comer normalmente aumentan de peso por el cambio metabólico. Debes bajar de peso comiendo.
3. Ceno solo líquido. Sin embargo, no logro bajar de peso.
El terror que le tenemos a la cena, el enemigo máximo de la dieta. Siempre hablo con mis pacientes del ETA (Efecto Térmico de los Alimentos). Existen tres tipos de macro nutrientes: carbohidratos, proteínas y grasas. En el proceso digestivo de estos tres macronutrientes hay un gasto calórico bastante significativo en relación al metabolismo basal, sin hablar complejamente, lo que quiero expresar es que si comes porciones solidas gastaras más calorías a que si solo consumes líquidos. Si consumes solo líquidos aparte de elevar el índice glucémico con mayor rapidez, terminaras creando un metabolismo lento. Si tu salud te lo permite opta por lo sólido, estarás quemando más calorías a diferencia de una dieta muy liquida.
4. Entreno, pero no bajo de peso.
Muchas personas piensan que, por el hecho de realizar algún tipo de ejercicio físico la pérdida depeso es asegurada. La idea de querer compensar la actividad física con las calorías extras es ungrave error. Duele decirlo, pero una hora de actividad física se puede echar a perder con una comidade un minuto. Si no cuidas tu alimentación el ejercicio físico no dará muy buenos resultados.
5. Quiero hacer una dieta porque tengo un evento al que debo ir espléndida.
El mayor fracaso es pensar que uno hace una dieta, es como si se sometiera a un castigo por un plazo de tiempo y que cuando eso acabe uno podrá comer deliberadamente. Pensemos en un cambio de hábito para toda la vida, y si quieres un chocolate cómetelo, no es el fin del mundo, lo prohibido siempre resulta tentador. Mientras más te prohíbas más pensarás en eso, mejor aprende a comer y disfruta del viaje del cambio: “No hago dietas, estoy en el proceso del cambio de mis hábitos alimentarios”.
Siempre les digo a mis pacientes “sé por lo que estás pasando, me ha pasado. No es fácil, pero tampoco imposible”. Tenemos un solo cuerpo, una sola vida y debemos cuidarla, la solución no está en las dietas, pero si en la decisión de hacer un cambio no para un evento, no para unas vacaciones a la playa, pero si en mejorar los hábitos, en respetar nuestro cuerpo, quererlo, mimarlo y protegerlo de todo exceso.
¡Si hoy cuidas tu cuerpo, él te lo agradecerá mañana!
Autora: Lic. Patricia Cristaldo Grommeck – Nutricionista deportivo