A menudo, los contadores son considerados como coadyuvantes de la administración tributaria y se espera que cumplan con altos estándares éticos y profesionales en su trabajo. Sin embargo, en algunos casos, los contadores pueden enfrentar acusaciones de complicidad en actos ilícitos de sus clientes, como evasión impositiva o uso de facturas falsas.
A modo de referencia, en Paraguay, un caso conocido refiere a periodistas implicados en el uso de facturas falsas alegaron haber confiado en la contadora del grupo. Al respecto, el viceministro de la Administración Tributaria señala que los contadores son importantes y que siempre es recomendable tener un contrato con ellos, pero también indicó que los comunicadores se pusieron al día con el fisco y tuvieron el visto bueno de la jueza para reparar el daño.
Asimismo, recientemente, un servidor público no declaró sus salarios percibidos como servidor público ante la Secretaría de Estado de Tributación, y argumentó que fue una omisión involuntaria de su contador. Sin embargo, la Contraloría observó este hecho y la situación se hizo pública.
Ante estos casos, surge la pregunta: ¿Debe el contador asumir la responsabilidad por los actos ilícitos de sus clientes? La respuesta no es sencilla, ya que depende de cada caso en particular. Sin embargo, es importante que los contadores se aseguren de cumplir con su deber de diligencia y ética profesional al asesorar a sus clientes.
Por un lado, los contadores deben asesorar a sus clientes de manera clara y honesta sobre las obligaciones tributarias y los riesgos de no cumplirlas. En caso de que el cliente decida seguir adelante con prácticas ilegales, el contador debería considerar la posibilidad de renunciar a la representación del cliente y notificar a las autoridades competentes.
Por otro lado, en caso de que el contador no haya cumplido con su deber de diligencia y ética profesional y haya participado activamente en actos ilícitos, podría enfrentar sanciones legales y disciplinarias. En este sentido, es importante que los contadores se mantengan actualizados en las regulaciones tributarias y en su código ético profesional.
En conclusión, aunque no existe una respuesta única y universal a la pregunta sobre si los contadores deben asumir la responsabilidad por los actos ilícitos de sus clientes, es importante que los contadores asuman su deber de diligencia y ética profesional al asesorar a sus clientes. En caso de que se enfrenten a situaciones en las que se sospecha de actos ilícitos, los contadores deben considerar la posibilidad de renunciar a la representación del cliente y notificar a las autoridades competentes.
Autor: Opinión de Juana Melgarejo Cantero