Mucho se ha hablado acerca del por qué es importante investigar. Recordemos que los seres humanos, por naturaleza y necesidad, nos desarrollamos con curiosidad innata y que, con un impulso natural, tendemos a buscar respuestas en la mayoría de nuestros actos. Sin proponérnoslo, a lo largo de nuestras vidas, realizamos diferentes tipos de investigaciones para sobrevivir, para socializar, para incorporarnos al mundo del conocimiento, por lo que todos podemos ser investigadores.
Todo ello es impulsado por la curiosidad que nos lleva de un umbral de ignorancia a un estadio de saber o conocer algo nuevo o diferente. Ese “querer saber” propio de la actividad humana, es porque tenemos más datos, más experiencia e incorporamos una dimensión diferente respecto de ese objeto de conocimiento.
Al referirnos a la investigación científica, hacemos hincapié en la necesidad de incorporar un método de elaboración sistematizado, ordenado, fidedigno. Al incorporar esta secuencia, desarrollamos procesos donde se recopilan datos, información y experiencia.
Con toda seguridad, buscamos alcanzar un resultado que satisfaga nuestras incógnitas y así, vamos a organizar mediante procesos diferentes una investigación, la cual, a medida que avancemos en la rigurosidad de sus categorías, irán siendo elevando sus estándares hasta alcanzar una identidad científica. Es decir, nadie logra investigaciones científicas si no va aprendiendo le evolución del proceso.
La investigación científica es clave para conseguir importantes conocimientos y aportar a la ciencia, debe ser un proceso sostenible y sustentable y su horizonte son los objetivos del desarrollo de una sociedad.
Autor: Dr. Juan Beranger