PARAGUAY ENTRE EL MITO Y LA REALIDAD

Todos los pueblos del mundo enfrentan lmuchas veces la complejidad de la realidad en la que viven a través del mito. Este muestra de manera sencilla lo que racionalmente parece muy difícil de ser explicado y entendido. El Paraguay tiene varios relacionados a miedos y en diferentes etapas. Aun recuerdo mis vacaciones en el profundo Guairá donde cada momento tenía uno que evitaba salir de siesta, otro exponerse a la complejidad del bosque y muchos con la propia historia de la comunidad. Existían cruces que recordaban muertes misteriosas o talves cuestiones simples complejizadas por la interpretación popular. Los Jesuitas inventaron varios entre ellos el aho aho mitad lobo y mitad cordero que esperaba a los indígenas que osaban abandonar las Reducciones. Le daban opciones imposibles para salvarse de la voracidad de esta fiera mitológica que era subirse a un árbol de palma inexistente que repelía al agresor.

El pombero, el pora, el yasy yatere, el luisón.. son algunos que hacen parte de visión cultural de un pueblo como el nuestro donde por mucho tiempo la obscuridad de la razón nos ha impedido ver con claridad no solo nuestro futuro sino por sobre todo: la razón.

Después de un cierto tiempo al retornar por esos espacios dominados por el mito pregunté a un fanático divulgador de ellos que había pasado con los mismos, la respuesta me deslumbró: “desde que llegó el alumbrado eléctrico.. desaparecieron todos”. La claridad es el enemigo de la obscuridad y metafóricamente nos explica como la ausencia de la razón nos impide muchas veces entender las cosas desde una perspectiva ajustada a los hechos, la comparación o la contrastación. El alumbrado es el raciocinio ante la obscuridad de los mitos inventados para entender la realidad en la que vivimos.

LA UNICA VERDAD ES LA REALIDAD

Este es un país rico acostumbrado a la pobreza. Pero no la mas evidente que es la material y que con crudeza se manifiesta en la vida de mas de 2 millones de seres humanos que van diariamente a la cama sin haber probado un bocado como cena. Esa es una realidad contra la cual los que sabemos mas tenemos la obligación de modificar. Aquí no cabe el cinismo de afirmar que así ha sido siempre y que no podemos modificar el destino de ellos. La pobreza paraguaya es una vergüenza contra la cual debemos todos comprometernos en mitigarla. Son varias generaciones que se acostumbraron a vivir dentro de ella desconociendo otras posibilidades a esa condición cuasi fatídica que rodea a muchos de ellos. Podemos alimentar a mas de 70 millones de seres humanos con la exportación de granos y ser incapaces de hacerlo con los nuestros.

Este país tiene la obligación de cambiar a profundidad sus bases sociales. No lograremos entender el sentido de pueblo con un quiebre ético y moral que nos empobrece aun mas. No es de recibo que nos digamos cristianos y tengamos un porcentaje de incesto repudiable a nivel mundial, no podemos entender la falta de una política orientada hacia la familia cuando constitucionalmente reconocemos a ella como la piedra angular de la sociedad pero no la valoramos. El Paraguay es la consecuencia de lo que hacemos en el seno familiar y cuando esta cruje se desintegra todo lo que podemos construir como proyecto colectivo. La pobreza tiene un rostro monoparental en este país y mas del 90% de los reos condenados y procesados en nuestras cárceles vienen de familias desintegradas o rotas. Debemos hacer política pública sobre esa base si no queremos padecer sus consecuencias.

La educación es una razón repetida pero ejercida mitológicamente. Sabemos que una formación primaria de 9 años bien dada evita que esa persona caiga en la pobreza. Los números son mas que elocuentes en ese sentido. Si universalizamos el acceso, estamos obligados a universalizar ..el conocimiento. Debemos hacer que los mejores alumnos de secundaria quieran ser maestros como en Finlandia que tiene la mejor educación pública a nivel mundial. Si los perdedores sociales acaban siendo policías, militares, maestros o curas… ya pueden imaginarse como están nuestras calles, fronteras, mentes y alma. Tenemos que sincerarnos los paraguayos, si queremos que la educación transforme nuestras vidas ella tiene que estar en directa relación con las expectativas que como nación tenemos. Los números no son optimistas. Vivimos la gran revolución del conocimiento y nos empeñamos en no reconocer su trascendencia. Requerimos una mirada nacional que promueva un shock educativo. Debemos mejorar el nivel de selección de nuestros maestros, involucrar a la sociedad en el desarrollo de los perfiles, comprometer a nuestros políticos en una cruzada nacional que espante la idea perversa de creer que detrás de la ignorancia y el analfabetismo están una conspiración siniestra que permite mantener el status quo que finalmente.. es perjudicial para todos incluido a los potenciales perversos conspiradores.

LA EDUCACION ES LA CLAVE

Esta educación comprometida debe ser sustentable en valores compartidos por todos. De nada sirve afirmar que nos importa la educación cuando vemos cotidianamente los efectos negativos de ella y nos empeñamos en afirmar que todo está bien. América Latina se enfrenta a uno de sus mayores retos. Somos el continente mas inequitativo, violento y precario a nivel mundial.

La diferencia de ingresos y la escasa intervención del estado en regular con honestidad los ingresos tributarios nos está empujando hacia el abismo. En Brasil se dan mas de 53 mil asesinatos por año. Ya se acostumbraron ante las cifras que la palabra genocidio en otros países hubiera sido posible de ser aplicada con absoluto rigor. Aquí hay cultivadores de soja cuyos márgenes de ganancia anual alcanzan el 70% pero se resisten a contribuir con el país con un 10% para mejorar sus caminos, su seguridad y su futuro. Somos en ese sentido una sociedad guiada por la codicia y el egoísmo aunque proclamamos el amor como referencia. Ojalá fuera posible transformar el mito de la oralidad en expectativa por el compromiso firme de hacer las cosas para cambiar una realidad injusta que nos perturba a todos. Somos lo que hacemos con el otro, en el otro y para el otro. El otro somos nosotros colectivamente
El mito de la juventud y de la energía limpia tienen que ser instrumentos al servicio de un mejor futuro. El país tiene un 60% de población menor de 30 años y eso tendría que ser una gran oportunidad para preparar el futuro que será aun mas pesado que este si no hacemos de este bono demográfico el argumento central de nuestro compromiso como Nación. De ellos depende es cierto pero mas de nosotros para mostrarles el camino de las oportunidades que encierra una buena educación. Me preocupa profundamente la incapacidad de verbalizar lo que les duele o lo que les pasa de una gran mayoría de ellos. Hoy la juventud paraguaya utiliza menos de 200 palabras de un idioma como el español de casi 300 mil términos. Como vamos a entendernos con ellos, de qué les hablaremos, que entenderán de lo que les hablamos…? Son cuestiones interpelantes a las que estamos obligados a responder todos y muy en especial la universidad.

Retórica fue una de las primeras materias enseñadas cuando los centros de altos estudios nacieron en Europa, hoy el concepto tiene incluso un sentido peyorativo. Si un principio era el verbo.. hay que recuperarlo con urgencia para no confundir nunca mas las sombras proyectadas por la lumbre en la cueva descripta por Platón. Tenemos que abrirnos a la experiencia luminosa de este país que se levantó de sus cenizas de un holocausto que prácticamente acabó con su población. No es una cosa menor la que nos pasó como país por lo que la tarea de encaminarnos hacia un futuro mejor tiene su referencia válida en un pasado no muy lejano lleno de esfuerzo y de valor. Hemos claudicado en muchos valores en nombre de la resistencia y la sobrevivencia pero no podemos mantener esos argumentos para seguir imposibilitados de construir una patria digna, limpia y comprometida.

LA URGENCIA DEL FUTURO

El Paraguay del presente y del futuro nos interpela a todos. Debemos encontrar con urgencia y creatividad respuestas a varias interrogantes. Debemos hacer la tarea entre todos pero mas desde aquellos que sabiendo mas están obligados a alumbrar el camino cierto para millones de nuestros compatriotas. Se nos exigirá en relación directa a lo que nos dieron en términos de oportunidades y posibilidades. Este país pudo en ciertos periodos de su historia hacer en medio de revoluciones cambios importantes. La generación de las tres primeras décadas del siglo XX tuvo a maestros de la talla de Ramón I. Cardozo y Delfín Chamorro que hicieron de Villarrica la referencia cultural del país de esa época, pudimos atraer desde Suiza a Moisés Bertoni y desde España a Rafael Barret que inspiraron a esa pléyade paraguayos de valía como Eligio y Eusebio Ayala, Blas Garay y Pane o Estigarribia, Franco, Irrazábal y el Cnel. Garay en los campos de Marte en esa singular epopeya del Chaco. Todos unidos por un hilo conductor: la educación de calidad y en valores. Jamás hubiéramos podido triunfar en esos cañadones dominados por la sed y el calor si no hubiéramos tenido esa generación de paraguayos y extranjeros comprometidos con el destino de la patria. Eran tiempos de revoluciones y asonadas en las calles y caminos del país pero igual revolución se daba en las mentes de un grupo de connacionales que transformaron la derrota en victoria con un coraje e inteligencia destacados a nivel mundial. Los paraguayos ..pudimos, porqué no ahora nopodemos?

Somos 7 millones de habitantes en el país menos densamente poblado de América, un hato ganadero de mas de 14 millones, grandes extensiones de tierra donde gente venida de afuera encontró manera de convertirla en riqueza exportable, el per cápita energético mas alto del mundo y sin embargo nos preocupa el petróleo y sus variables de precio. Google está sacando en estos días su automóvil que no requiere conductor, los Indios producen un vehículo movido a aire comprimido cuyo costo de renovación de combustible cada 350 kilómetros es menor a tres dólares y el cambio de aceite se hace cada 50 mil kilómetros!. La innovación es lo marca el destino de los pueblos. Debemos admirar, promover y entusiasmar maneras creativas de abordar los temas cotidianos de nuestra existencia. No puede ser que la ausencia de agua potable sea la principal causa de muerte de los niños paraguayos hasta los 5 años cuando tenemos la mayor abundancia de agua en superficie y bajo el. No puede ser que contaminemos nuestros ríos, lagos y arroyos porque en pleno siglo XXI aun no contamos con un sistema de tratamiento de las aguas negras. En Paris inauguraron las cloacas a inicios del siglo XIX y los británicos su metro en la segunda mitad de la misma centuria, aquí aun debatimos el uso del metrobus para lo cual tenemos un crédito disponible desde hace dos años sin haber hecho nada.

LA CLAVE ES LA GESTION

Somos como hacemos. La gestión en guaraní se definía como katu pyry y la ineficiencia o el ineficiente como. Pyty ryry. Requerimos mejorar lo que hacemos. Cuando nos faltaba dinero el problema era justificable relativamente, ahora que tenemos en abundancia no sabemos como usarlo. Hacer las cosas en tiempo y en forma es una necesidad nacional. Debemos mejorar las condiciones internas para que la misma “guapeza” (diligencia) paraguaya en el exterior sea igual hacia adentro. La gestión determinará el éxito o el fracaso de las democracias en América Latina, la nostalgia autoritaria es directamente proporcional a la ineficacia y corrupción de la gestión administrativa. Y esto hay que cambiarlo si queremos tener futuro como Nación.

Hay que recuperar el entusiasmo de ser paraguayos. Con una mirada positiva y optimista, con un actitud que promueva a los capaces y estimule a los creativos. Estamos en un cambio de era no en una era de cambio nomas. Lo que se nos exige es mayor a lo que creemos. Esta revolución de la que somos contemporáneos nos demanda mas cosas que las que tuvieron que sortear nuestros padres. Esta generación no debe cargar el peso del fracaso concluyendo que no superaran por primera vez a sus padres. Necesitamos hacerles entender este nuevo paradigma y darles las herramientas que les permiten otear con seguridad un mejor destino para ellos, para nosotros y para el país.

CONSTRUIR SOBRE LAS VIRTUDES

Esta tercera gran revolución mundial es la primera de la que el Paraguay es contemporáneo. La historia se acordará de nosotros en lo que hicimos y en lo que dejamos de hacer. La mayor y mejor política es la que reconozca nuestras virtudes y no seamos gobernados por nuestros defectos y debilidades. La búsqueda del bien común tiene que tener directa relación con las virtudes del pueblo paraguayo. Esa es la clave del entusiasmo que debemos fomentar y alentar. Esto promoverá a los anagogos y espantará a los demagogos al tiempo de estimular a los que piensan, creen y hacen un mejor país.

Este es un país noble, bueno, adolescente pero carente de amor y de referentes. Debemos redescubrir el concepto de la alteridad tan magníficamente presentada por HannahArendt y convertida hoy en bandera política de muchos. El acto de servicio mayor que es la actividad política no tiene que ser mas el espacio de los resentidos, de los incapaces ni de los corruptos. Cada pueblo tiene el gobierno que se le parece, hay que estimular las virtudes del pueblo para que este escoja a los gobernantes que sean iguales a ellos. Hay que espantar la obscuridad de los mitos que sintiendo una falsa compasión hacia el pueblo los sojuzga y los envilece.

Necesitamos estar a la altura de lo que orgullosamente somos como país y para eso el compromiso de todos es un mandato nacional casi igual al clarín convocante en nuestros tiempos de guerra. Hoy confrontamos contra la pobreza, la inequidad y la inseguridad. Tenemos que ser el doble de capaces y creativos para enfrentar este tiempo donde el conocimiento constituye 2/3 de la riqueza del mundo.

El único camino para acabar con las consecuencias de lo que no hacemos bien y pronto es el escaso estímulo de la razón y su forma práctica de motivarla: la educación.
Los mitos no solo recrean lo que no sabemos, también expresan nuestros miedos soterrados. El Paraguay de hoy está obligado a espantarlos con una razón puesta al servicio del otro, con una educación creativa y comprometida y, con una sociedad de ganadores que tenga entre sus mejores servidores aquellos que mejor la comprendan y la sirvan. Cuando lo alcancemos el alumbrado del conocimiento habrá por fin espantado los miedos y las tribulaciones de la obscuridad mitológica en la que vivimos.-

Dr. Benjamín Fernández Bogado
Doctor Honoris Causa de la UNIDA
22 de mayo de 2015
Discurso de aceptación