POR QUÉ INTERESA A LOS EMPRENDEDORES EL CONSUMO COLABORATIVO


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Se ha levantado un revuelo enorme con la eclosión de plataformas que permiten que particulares puedan prestar servicios profesionales sin intermediarios: Uber para taxistas amateurs; BlaBlaCar para viajes largos con desconocidos; Airbnb para alojamientos en casas privadas, Trip4real y Sherpandipity para experiencias turísticas diferentes…

El fenómeno llega ya a todo tipo de negocios (educación, medios de comunicación, ecommerces y otros muchos sectores que llevan años adaptándose a la nueva competencia). Es una tendencia imparable. Y aunque muchos de estos negocios existen desde hace ya años la popularidad que están adquiriendo es lo que las ha puesto en el punto de mira de competidores y quienes tienen que regular.

Sobre todo este asunto hablé hace unas semanas con Albert Cañigueral, fundador de la web consumocolaborativo.com, que lleva mucho metido en estos asuntos, Miguel Ferrer, abogado y experto en los temas legales que afectan a esta tendencia de consumo, y otras personas que conocen el sector y que al final coinciden en que es algo que no se puede parar porque va en contra de lo que demanda la sociedad, pero sí hay que regularlo, sin prohibirlo, porque puede sumar a la economía si se regula bien; en lugar de restar.

A partir de esta idea, que me gusta y comparto, entendiendo como ellos que haya profesionales que sienten que se les hace una competencia desleal. Normalmente esta visión más extrema la tienen profesionales de sectores que están muy regulados y que tienen muchas barreras de entrada (como el gremio de taxistas). Entiendo su postura y comparto que crean que ellos están obligados a unas tasas, exigencias de seguridad, etc. que muchos de quienes ofrecen estos servicios no soportan. Pero me quedo con la idea disruptiva de Albert y Miguel cuando defienden que no por eso hay que prohibir este tipo de ofertas (que la gente está demandando y tampoco es mayoritaria, es una oferta más) y por el contrario pensar que lo que se debe cambiar son las exigencias tan altas para los que están regulados y aumentarlas sobre los que están en estas plataformas; pero sin exagerar ni prohibir, insisto.

Sería la postura más adecuada para dar respuesta a lo que pide una parte de la sociedad; que al fin y al cabo es quien manda: un nuevo tipo de consumidor que no está satisfecho con lo que existe en el mercado. Y que vuelvo a recordar que ni son todos los consumidores, ni son mayoritarios. Son un segmento más, que no se debe ignorar.

Es un tema muy complejo para resumirlo en un post. Si quieres leer las complicaciones legales y todo el asunto puedes verlo en el reportaje que dedicaremos en el número de septiembre o a través de nuestra web: www.emprendedores.es, con el título ¿Afectará a tu negocio el consumo colaborativo?

Como a mí me gustan las tendencias y las exigencias de adaptarse a los cambios sociales, aquí os dejo algunas ideas sobre cómo aprovechar esta tendencia en un negocio de emprendedor autónomo o pyme; se puede y se está haciendo.

1.- Un canal nuevo para tu negocio

En realidad para los autónomos y pymes son más una oportunidad que una amenaza. Un nuevo canal para llegar a más consumidores. Así lo han entendido, por ejemplo, los inversores que se han unido a Lending Club. El 70% de las inversiones que se realizan en esta plataforma de lending son de inversores institucionales. Y un hotel de México, el Drift San José, sólo puede reservarse a través de Airbnb. Esta visión del fenómeno me la dio Guillermo Ricarte, director general de Creafutur: “En algunos países los taxistas se han metido en Uber. Trip4real tiene particulares y profesionales que hacen de guías turísticos. Es un canal más de ventas para el profesional. A las plataformas de servicios profesionales les interesa mucho tener autónomos porque les ahorra problemas. Los particulares que no declaran son los que pueden crear problemas a su modelo de negocio”.

2.- Crea un pequeño espacio de consumo colaborativo

Hay grandes empresas que ya han entendido que deben unirse al fenómeno, creando una oferta nueva dentro de lo que es el core business de su negocio, en lugar de oponerse a esta tendencia. Morgan Stanley, por ejemplo, ha empezado a ofrecer a sus clientes la opción de invertir en plataformas de préstamos alternativos en lugar de intentar cerrar las de banca privada que les hacen la competencia. Decathlon permite a sus clientes vender sus prendas usadas a través de su plataforma Trocathlon ofreciéndoles a cambio el dinero obtenido en dinero Decathlon, para renovar su material deportivo. O como me decía Miguel Ferrer, con razón: “eBay es el gran referente de todo esto. Hay gente que monta un marketplace para vender discos, ropa, etc. Y otros, como Decathlon o P&G que han creado un espacio de innovación para facilitar la colaboración de los usuarios en diseño de producto y que genera retornos para particulares”.

En definitiva, ofrece soluciones a tu cliente, no te quedes en tu producto, como defiende Guillermo Ricarte: “Nosotros trabajamos mucho con tendencias y necesidades del consumidor, nuevas oportunidades, y vemos que ya en otros países está ocurriendo que las empresas de estrategias ganadoras son las que solucionan problemas a sus clientes. Más allá del producto. Hay que entender cuáles son esas necesidades”.

3.- Busca tu propia oportunidad

Fíjate en las tendencias de otros países y busca tu oportunidad en los nichos menos desarrollados. Albert Cañigueral lo resume de esta forma: “El patrón es bastante repetitivo en Francia, que va a la cabeza, y en España. Primero empezó el turismo, luego la movilidad, le sigue la banca… Y después de eso, pues la educación, que también es un sector que la gente está empezando a ver, el intercambio de conocimiento. El retail de venta al por mayor para gente que considera que el acceso es mejor que la propiedad, lo hemos visto en muchos temas. Herramientas de bricolaje, ya se está empezando a ver algunos casos donde se alquilan las herramientas en vez de venderlas o como empresas que alquilan o ayudan a montar circuitos de reventa de sus propios productos, como en eBay. Están empezando a entender que una venta no se termina en la primera transacción, sino que luego hay un ciclo de vida del producto donde pueden volver a tener contacto con el cliente”.

Y lo cierto es que los consumidores están aprendiendo a compartir absolutamente todo. Sólo en el sector de la movilidad, además de Uber y BlaBlaCar existen otras alternativas como Social Car (alquiler de coches y plazas de garaje entre particulares); Carpling, para compartir coche, taxi, aparcamiento y hasta la mesa del AVE (comprar los billetes juntos para obtener el descuento que ofrece RENFE). Cruzin permite alquilar barcos entre particulares. Y una muy de nicho: Bitamooring, intercambio de amarres de barcos entre particulares. Y esto es sólo un ejemplo de un sector concreto. En el reportaje podrás encontrar muchos más de casi todas las áreas de actividad.

Otra clave puede estar en la adaptación de estos negocios al móvil. Por ejemplo, Wallapop es un servicio en el que se venden todo tipo de productos de segunda mano (uno de los segmentos más saturados) pero que ha nacido para utilizarse en el móvil. Gracias a la geolocalización el usuario puede saber qué producto de segunda mano está más cerca de su ubicación. Esta diferenciación en un mercado ya maduro le ha permitido conseguir dos millones de descargas, cuenta con un catálogo de más de dos millones de productos y ha conseguido 1,5 millones de euros de inversión de capital riesgo (Caixa Capital Risc, Bonsai, Esade Ban) y de Enisa, entre otros.

Las claves para llegar a tu público objetivo están en la posibilidad de ahorro, mejor gestión de los recursos, transparencia en la valoración de los usuarios para garantizar un buen servicio… Hay también oportunidades en modelos de negocio que no son estrictamente P2P, sino que unen a muchos consumidores para conseguir mejor precio, como la plataforma para comprar gasolina Iamtogether.

En la colaboración entre empresas, como la plataforma Spacebee, que propone compartir espacios profesionales desaprovechados con personas que los utilicen por horas, días, semanas o meses: locales comerciales, espacios culturales, salas polivalentes, aulas de escuelas, almacenes, naves, etc. O las plataformas de intercambio profesional como AcambioDe.com.

U ofreciendo servicios concretos a estas nuevas plataformas. “Por ejemplo, en Alemania hay una aseguradora que la puedes contratar por horas y por teléfono, para las plataformas de alquiler de coche entre particulares. Y hacen falta nuevos formatos de seguros para todo el segmento de compartir experiencias”, apunta Miguel Ferrer. Y la web compareandshare.com se ha creado para ayudar a los usuarios de Airbnb a comparar las ofertas de esta plataforma.

4.- Tu público objetivo

Analiza qué ventaja ofrecen los negocios colaborativos de tu mercado. Por ejemplo, los préstamos P2P, mejores condiciones que los bancos y acceso a financiación de personas que no la obtienen de la banca tradicional. Pero con garantía ya que disponen de un sistema de algoritmos para determinar el tipo de interés de cada préstamo en base a la probabilidad de impago.
Pero la motivación no siempre es exclusivamente económica. El 60% de quienes invierten en crowdfunding lo hacen para “contribuir a crear lo que me gusta” o “cosas innovadoras” o por apoyar a los creadores y emprendedores”.

Como explica Guillermo Ricarte, “si la gente utiliza estos modelos es porque les aporta valor. Son negocios complementarios. En transporte, por ejemplo, la gente quiere un transporte más eficiente y más conveniente. Pero hay hueco para todos: para el que quiere llegar más rápido, el que busca lo más barato y el busca comodidad”.

Otra clave. No pienses que los usuarios de estos servicios son exclusivamente los más jóvenes. “El espectro de consumidores es más amplio de lo que parece. Hay varios estudios que dicen que el 80% de los usuarios están por debajo de los 40 años. En Airbnb hay mucha gente mayor que lleva años haciendo intercambio de casas. Participa todo el mundo. Hay unos servicios que llegan más a un público y otros a otros”, comenta Albert Cañigueral.

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