La Reinserción Social de las Personas Privadas de Libertad en el Paraguay

El Estado debe salir de la parte retorica cuando habla de Reinserción, y verdaderamente hacer algo,
ya que a la larga a todos nos afecta la inactividad de un buen Plan Estratégico, no ha futuro, y si a
corto, y mediano plazo, que se vera reflejado en nuestra comunidad bajando los niveles de asaltos,
robos y crímenes.

El Sistema Penitenciario y el tratamiento de las personas privadas de libertad fueron por años
postergados en el Paraguay, estos dichos no son una falacia, es una realidad que cualquier integrante
de nuestra sociedad puede plasmar de solo interiorizarse un poco en el tema.
El Estado esta obligado a crear las instituciones indispensables para la asistencia post-penitenciaria
que posibilite la reinserción social del ex interno/a y proporcionar la creación de un ente penitenciario
con carácter autónomo, y con personales exclusivamente técnicos.

El fin de las Instituciones destinadas a la atención en pre libertad es la reinserción social, el problema
radica en que “las cárceles no arrojan los resultados esperados como medios de control de la
delincuencia. Al contrario, crean en su interior “microsociedades criminógenas”.
Ante este escenario la realidad penitenciaria plantea la necesidad de cambios y alternativas, “la
finalidad de una reintegración del condenado en la sociedad no debe ser abandonada, sino que debe
ser reinterpretada y reconstruida sobre una base diferente…, más aún si se considera que en la
actualidad los muros de las cárceles representan una violenta barrera que separa la sociedad de una
parte de sus propios conflictos, por lo que la reintegración del condenado significa, ante que la
transformación de su mundo separado, la transformación de la sociedad que reasuma aquella parte
de sus problemas y conflictos que se encuentran segregados en los centros de reclusión”.
Debemos entender por Reinserción como la “integración a la sociedad de una persona que estaba
marginada de ella”.

En tal sentido pareciera que mientras el individuo está privado de libertad no se encuentra en la
sociedad, está alejado de ella, está recluido en una sociedad artificial que es la cárcel y cuando se
habla de reinserción social lo que se busca es volver a integrarlo a la sociedad de la que fue excluido
por el delito cometido, en otras palabras, devolverlo curado a la vida en sociedad de forma que respete
las normas pautadas.

Desde el punto de vista jurídico para lograr la reinserción social de los individuos; se deberá seguir los
procedimientos acordes con esta idea, para ello se necesita que la persona que labora en la Institución,
tenga claro los objetivos que se persiguen, la realidad es que no solo existen contradicción en los
modos institucionales de proceder, también se debe adecuar la Norma Penitenciaria a estos tiempos
nuevos, ya que la misma a titulo personal, está desfasada.

Es sumamente importante que la Institución tenga claro cuál es su objetivo, qué es lo que quiere
alcanzar, y que el personal que allí labora lo tenga tan internalizado, que su trabajo esté centrado en
lograrlo. Así pues, la comunicación entre el personal y la definición de sus roles son tan fundamentales
como la congruencia de los objetivos institucionales, ya que “…la incongruencia entre el personal
puede, y con frecuencia logra, producir un fracaso institucional”.

Esta coherencia podría ser definida, como el grado de acuerdo que hay entre los miembros
institucionales, en relación a lo que son o no los objetivos de la misma, y quiénes son los responsables
de hacer cada cosa para alcanzarlos.
Para lograr esta congruencia debe haber un proceso de comunicación eficiente y efectivo, y en especial
debe haber claridad sobre las estrategias a usar. No obstante, en la realidad se observa que la
comunicación institucional normalmente es ignorada por el personal directivo.

El personal Penitenciario debería conceptualizar claramente el rol que desempeña y no sólo tener
nociones (vagas, ambiguas y a veces contradictorias). Y es que desde el punto de vista criminológico la
misión intrínseca de todos estos términos conlleva a una enorme complejidad: trabajar, transformar,
mejorar, tratar a un ser humano es de por sí solo, es una tarea difícil, pero más aun lo será si no se
tiene absolutamente claro lo que se quiere lograr, ni cómo hacerlo; o cuando cada funcionario tiene su
peculiar noción sobre el tema y su propia manera de hacer las cosas.

Para concluir y ante la mejor Política Penitenciaria que se quiera poner en marcha, es más que
necesario que haya sobre todo una voluntad política para logra el objetivo, que repercutiría en el
mejoramiento de la calidad de vida de los privados de libertad, sus famillias y en toda la sociedad.-

Autor: Mg. Diego Marcelo Renna.
Abogado, Notario Público y Docente.
Egresado de la Universidad Nacional de
Asunción.
Estudios de especialización en Derecho
Procesal Penal, Derecho Procesal Civil,
Niñez y Adolescencia, Políticas Públicas,
Narcotráfico, y otros

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